La Prensa
El filme también se proyecta en Cochabamba y Santa Cruz.
12/05/2012 Maleficarum penetra las salas de cine, con estremecimiento y sangre, a través de una historia ambientada en el siglo XVII. Los calabozos y los gritos de dolor de la Santa Inquisición crisparán los nervios del espectador para introducirlo en el amor de dos jóvenes acusadas de hechicería en Lima, Perú: María Francisca (Mila Joya), una huérfana acaudalada, y Mariana (Amy Hesketh), una viuda de mala fama.
La huérfana se niega a ceder su dinero a la Iglesia, por lo que el inquisidor la arresta y, junto a su compañera, la castiga. Esta apuesta, producida por Pachamama Films, se proyecta en el Multicine, el Cine Center y la Cinemateca Boliviana.
La película, que despertó expectativa por su polémica desde 2011, destaca el amor por encima de los tabúes. “Es un drama, a pesar de tener matices de horror: el amor entre dos mujeres que no tienen nada que las respalde”, define el director Jack Ávila. Hesketh describió su experiencia de actuación como dolorosa.
Si bien los desnudos no fueron difíciles para ella, la parte emocional la marcó, al considerarse una mujer moderna y libre, a diferencia de su personaje. “Al volver a casa después del rodaje me sentía mal, como si Mariana se quedara conmigo. Me hacía llorar el hecho de interpretar a una mujer humillada”. Eso la llevó a tomar conciencia de que “lo que pasó hace 300 años todavía ocurre en el mundo con la barbarie del poder”.
El público. El director se arriesgó a realizar esta cinta pese al shock que podía causar. El resultado fue inesperado. “Me sorprendió la reacción de nuestra audiencia en la premiere. Yo esperaba que fuera negativa, pero al terminar la película rompieron en un aplauso intenso y no dejaron de felicitarnos”.
Escenarios y fuentes
Ávila se inspiró en los Archivos del Santo Oficio para hacer su película. La calle Jaén, la Casa de Pedro Domingo Murillo, el Musef y sótanos de la Sagárnaga sirvieron de escenarios.
