Correo del Sur
En cada una de las canas en su pelo y cada arruga en su piel está escrita una historia de vida al servicio del prójimo, de su familia y de Dios. El pasado viernes, Modesta Ruiz Herbas viuda de Villarroel cumplió 106 años rodeada de una gran descendencia.
17/06/2012 El 15 de junio de 1906, en la población de Padilla, nació Modesta Ruiz Herbas, hija de Andrés Ruiz y Bernardina Herbas, fue después esposa de Luis Villarroel Irala, excombatiente de la guerra del Chaco.
Según narran sus hijas en la intimidad de su hogar, mamá Modesta cursó sus estudios en la escuela Juana Azurduy de Padilla siendo una alumna destacada.
De niña aprendió a elaborar pan y durante varios años de su vida se dedicó a este oficio.
A los 15 años llegó a Sucre y entre sus distracciones practicó natación y la monta de caballo, siendo campeona de natación en la localidad de Tomina.
A sus 22 años contrajo matrimonio con don Luis Villarroel Irala, junto a quien se dedicó a la crianza de sus hijos y contribuyó al crecimiento de sus nietos y tataranietos. Su vida también estuvo dedicada a la ayuda al prójimo.
Ayer, en la capilla de la Virgen de Guadalupe, monseñor Percy Galván, en la celebración eucarística, agradeció a Dios por la vida de doña Modesta, quien siempre se ha mostrado comprometida con su iglesia y de gran corazón para sus prójimos.
El sacerdote al reconocer las bondades de doña Modesta dijo que durante la semana que viene le pedirá a Dios para que ella siga acompañando a sus familiares, amigos y el pueblo católico que la conoce.
BUENA SALUD
Sus hijas contaron que su madre les dijo que para tener buena salud es importante cuidar una buena alimentación, y en los horarios adecuados, y evitar las bebidas alcohólicas.
