Proyecto Tunupa se presenta en el MUSEF

La danza como reflejo de vida
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    Si de historias se trata, en Construyendo puentes está la de Laura Blanco Sandóval. La joven, originaria de la mina Colquiri, tiene 24 años y es profesora de educación física.



09/12/2012   “Maestra, esto no es para nosotros”. Ése fue el primer comentario que la coreógrafa Lili Zuleta recibió de sus alumnos cuando les invitó a participar del proyecto de danza contemporánea Tunupa. Hasta entonces los jóvenes bailarines sólo habían incursionado en el folklore.
    Pasaron ya diez meses y tanto el grupo de bailarines como la maestra se aprestan a debutar conConstruyendo puentes, una obra en la que los jóvenes plasman sus historias personales en coreografías que combinan el lenguaje folklórico con el de danza contemporánea. La pieza se presentará mañana, a las 19:00, en el MUSEF.

    “Yo doy clases a los no videntes y muchos de ellos a veces me piden que les enseñe a bailar. La danza contemporánea me ha permitido transmitirles diferentes tipos de movimientos, porque con ella yo he aprendido a expresarme mejor con mi cuerpo”, cuenta.

    Otra es la historia de su compañero José Luis Alcón, quien, a diferencia de la mayoría de los miembros del proyecto, se “enamoró” de entrada de las posibilidades de la danza contemporánea. “Recuerdo que vi un extracto de la obra Deseo, de Vidanza, donde vi bailar a Fabricio Ferrufino. Quiero ser como él”, afirma con seguridad Alcón, por ello desde entonces no descansa en este cometido.

    Alcón y los otros 11 miembros del proyecto eran parte del taller de ballet folklórico dirigido por Zuleta, en la Escuela Municipal de Artes de El Alto.

    “Cuando la profesora Lili trajo a un profesor de Vidanza no dudé en pedirle que me enseñe a hacer todo lo que hacía con su cuerpo”, cuenta Alcón. “Me costó comprender esta forma de expresión”, agrega el joven alteño que, en Construyendo puentes, refleja sus sueños de ir al espacio y de “conocer el mundo de rincón a rincón”.

    En el proyecto también participa Andrea Tudela, una joven de 21 años nacida en la comunidad paceña de Charazani. “En esta pieza yo más que nada intento reflejar lo orgullosa que estoy de guiar a mis hermanitos. Muestro también lo que no me gusta y a mí no me gusta sentir impotencia”, explica.

    Tudela, como muchos de sus compañeros, tiene en la danza a su mayor pasión. “Amo bailar. Esta experiencia me ha parecido algo muy enriquecedor, porque a través de la danza contemporánea me he reconocido a mí misma como soy en realidad”, dice.

    “Bailar con música o sin ella me ha abierto la mente. Ya no tengo miedo ni inseguridad, el contemporáneo ha cambiado mi vida”, asegura la joven.

    Las preguntas superadas

    ¿Cómo muestro con mi cuerpo que soy de Oruro? ¿Cómo digo que me llamo Reynaldo? “Ha sido muy interesante aprender a expresarme mediante el movimiento”, cuenta Reynaldo Marza, otro de los integrantes de Tunupa.

    Este joven, de 21 años, es oriundo de la provincia orureña Tomás Barrón y al igual que Blanco es también profesor de educación física. Marza se define como “una persona paciente y tranquila” y eso, entre otras cosas, muestra en su presentación.

    El proyecto Tunupa fue producto de un convenio firmado entre Zuleta y la compañía de Vidanza. Fue acogido por el Museo Nacional de Etnografía y Folklore y contó con el apoyo de Hivos.

    Sylvia Fernández, directora de Vidanza, señaló que esta iniciativa ha permitido encontrar “puentes de articulación creativos” entre la danza folklórica y la contemporánea. “La idea era darle a la danza contemporánea identidad”, dijo. “Éste ha sido tanto el aprendizaje como la enseñanza. Ha sido un encuentro riquísimo”, agregó.

    “Vi un extracto de la obra Deseo, de Vidanza, en la que vi bailar a Fabricio Ferrufino. Quiero ser como él”.

    José Luis Alcón

    “Bailar con música o sin ella me ha abierto puertas. Ya no tengo miedo. El contemporáneo cambió mi vida”.

    Andrea Tudela

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